God of War: Ragnarok es uno de los videojuegos que más han esperado los amantes de PlayStation en el último año. Este título busca continuar la historia de Kratos y Atreus, su hijo, mientras tratan de sobrevivir a las dificultades de Midgard.
Todo empeora con el acercamiento del Ragnarok, el conocido fin del mundo. Por ello padre e hijo tendrán que emprender un nuevo viaje hacia lo desconocido para aclarar las profecías sobre este suceso y el papel que ellos juegan en él.
Así que es momento de saber hacia dónde nos llevará esta aventura en nuestra reseña de God of War: Ragnarok, para PlayStation 4 y PlayStation 5.
Lecciones del padre al hijo y del hijo al padre

El tiempo ha pasado desde el viaje que Kratos y su hijo hicieron hacia el monte más alto de los nueve reinos, para soltar las cenizas de su amada. En el camino se enfrentaron a una infinidad de situaciones y sin quererlo, abrieron heridas e hicieron nuevos enemigos.
God of War: Ragnarok toma esta premisa como punto de partida. Atreus se está convirtiendo en un hombre ante los ojos de su padre. Esto genera en Kratos un poco de incertidumbre, llevando a que su mirada refleje algo que jamás había tenido: miedo.

La historia arranca cuando unos misteriosos visitantes llegan a la casa de Kratos y tratan de disuadirlo para que no interfiera en el Ragnarok que se avecina. De repente, uno de ellos inicia una pelea contra el hijo de Zeus y al final ambos terminan viendo la fuerza del otro.
Kratos regresa a su casa y se reúne con Atreus. Este le cuenta que ha estado investigando sobre los gigantes y las profecías del Ragnarok. En lo que ha encontrado, descubrió que la guerra contra Odín es liderada por Tyr, el dios de la guerra nórdico y del cual no se sabe nada desde hace mucho tiempo.

Con esta información, Kratos acepta seguir las decisiones de su hijo y buscar a Tyr. Para lograr este objetivo reciben la ayuda de Brok y Sindri, quienes hallaron una nueva forma de moverse entre reinos sin la supervisión de Odín.
Sin saber que pasará, padre e hijo inician un nuevo viaje a lo desconocido. Acompañados de su destreza y perseverancia, ambos tendrán que mostrar de lo que están hechos para sobrevivir un día más.
Una canción de hielo y fuego

Desde el primer momento, God of War: Ragnarok ofrece a los jugadores una probada de lo que vamos a vivir. Mostrando la evolución que ha tenido el concepto del juego de 2018 – y que posteriormente fue lanzado en PC en 2022-. Aprovechando todo este conocimiento para hacer de este título algo muy superior.
Para iniciar tenemos que las mecánicas de combate han sido mejoradas y simplificadas en ciertos aspectos. Kratos y Atreus tienen estilos de combate muy diferentes y esos cambios hacen que en las peleas contra los enemigos se sienta el complemento. Cada uno de los enfrentamientos puede ser abarcado con el uso del hacha de hielo o las espadas de fuego. Esto permite que desde el principio nos acostumbremos a las ventajas de cada una y su uso sobre el terreno.

Siguiente a esto, encontramos que el desempeño de los combates evoluciona gracias al manejo de habilidades. Cada una de ellas puede ser modificada y elegida por el usuario como prioridad con la ganancia de experiencia. Kratos y Atreus reciben diferente EXP según lo que hagan en los combates.
Por otra parte, uno de los puntos bien definidos que tiene God of War: Ragnarok es el desarrollo de los entornos y la exploración. Para esto contamos con misiones principales, secundarias y rompecabezas. Cada uno de estos apartados está diseñado a un nivel impresionante para mantener la atención del jugador y entregarle la sensación de asombro en cada rincón que visita.

Los diferentes lugares que conocemos son capaces de contar su historia por el manejo de color que tienen, la forma de sus habitantes y los enemigos que podemos encontrar. El nivel de detalle de cada una de estas zonas sumerge al jugador en lo que está pasando y lo lleva a querer conocer un poco más de estos espacios.
Por último, para mejorar nuestro equipo necesitaremos conseguir diferentes materiales. Cada uno de ellos se consigue explorando y el nuevo juego de armaduras, empuñaduras y runas se puede apreciar muy bien. Entregando la sensación de diferencia y de mejora al momento de usarlas.
¿Vale la pena God of War: Ragnarok?

Al tener un antecesor que ha servido como ejemplo para muchos juegos en la actualidad, algunos usuarios pueden tener dudas sobre esta entrega. Cuestionando principalmente si el juego podrá dar la talla o superar sus expectativas.
God of War: Ragnarok es un videojuego que utiliza la curiosidad del espectador para sumergirlo en un mundo sorpresas. Cada uno de sus arcos narrativos tiene altas y bajas que hacen que la atención del jugador siempre esté presente en lo que va a suceder. Algo que muy pocos son capaces de lograr.

Los diferentes destinos que maneja la historia sirven para que el usuario conozca la realidad de cada uno de los pueblos. Ver como la influencia de los dioses o las creencias religiosas pueden sesgar la visión de sus habitantes. Haciendo que caigan en guerras o el miedo ante lo que puede suceder, los haga que se sometan. Una interesante reflexión narrada desde el juego sobre situaciones que suceden en la realidad.
Por otra parte, uno de los puntos más interesantes de este título es su nivel de detalle en PlayStation 4 y PS5. En cada una de las consolas de Sony, el juego ofrece una experiencia visual muy buena, llegando al límite de lo asombroso en cada máquina. En PlayStation 5, el título es capaz de llegar hasta los 120 FPS, algo que para un juego de un solo jugador es poco común en consola, pero que aquí enamora y sorprende.


A nivel sonoro, el título maneja diferentes tonos que intensifican los sucesos. Cada una de las melodías, de las conversaciones o de los sonidos del entorno está puesta en el lugar justo. Sí jugamos con audífonos, podremos escuchar hasta el más mínimo detalle y sentir que estamos ahí, en la mitad de todo.
En resumen, God of War: Ragnarok es una experiencia asombrosa en todos los sentidos. Tiene la capacidad de sorprender y cautivar al jugador en cada momento y hacerlo sentir parte de la historia. Siendo el protagonista de lo que está pasando. Algo que muchos intentan, pero que muy pocos pueden lograr. Un título que vale la pena en PlayStation 4 y PlayStation 5.

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