Los secretos del origen de la hermandad de se revelan, para encaminar la franquicia de Assassin’s Creed hacia un nuevo rumbo.
Recuerdo cuando inicié mi último año de colegio y el sol de la mañana se posicionaba en el firmamento, luchando contra el frio de las afueras de Bogotá. Al entrar al salón y hacer la actividad de integración, el profesor Fabián Barrera nos preguntaba acerca de que animal nos podría caracterizar, a lo que cada uno de mis compañeros comenzó a hablar sobre sus favoritos y sus razones.
Al ser mi turno respondí de manera rápida, un águila, a lo que me miró y lo argumente porque me la pasaba pensando, mirando todo desde lejos, sin decirle que en verdad era por el sentimiento de libertad y la tranquilidad que se le podía apreciar al ver sus moverse con fuerza para planear, mientras contempla la tierra en silencio.
Ese es el mismo sentimiento que tuve al primer instante de tomar el control de Senu, el águila acompañante de Bayek, que aparte de indicarnos dónde están los enemigos o diferentes puntos importantes del entorno; también nos brinda el principal aire del nuevo juego: libertad.
Los Medjay, precursores de la hermandad.
Provenientes de una región al norte de Sudán, entre el desierto de Nubia y el mar Rojo, los Medjays eran unas personas que sirvieron al imperio egipcio desde tiempos inmemoriales, siendo líderes de caravanas, policías, soldados y mercenarios. Con el pasar del tiempo y gracias a su rudeza, se convirtieron en exploradores del desierto y protectores de diferentes zonas gobernadas por el Faraón, lo que hizo que el nombre se conociera por todo lado y se ganara el respeto del pueblo.
Con el pasar del tiempo, los Medjay se habían desvanecido y muy pocos eran los mostradores del cargo, haciendo que esto pasara de generación en generación. Bayek de Siwa era el último representante de esta línea de guerreros durante la época de Ptolomeo XIII, quien aunque era el principal gobernante, tenia problemas con su hermana Cleopatra y era asesorado por un grupo conocido como la Orden de los Antiguos.
Durante una visita a Siwa, el hijo de Bayek es asesinado por culpa de los Antiguos y este decide emprender un viaje ignorando para darles caza por más de un año, hasta que regresa a su pueblo y ve la importancia de su trabajo, haciéndole retomar paulatinamente mientras cumple su plan de venganza, sin saber que esto es el primer paso hacia algo que el desconoce.
Esta aventura cuenta con diferentes localizaciones del lejano Egipto y le apuesta la reconstrucción histórica de ciertos sucesos, permitiendo que el jugador se tope con diferentes personajes y estos puedan ser parte de la narrativa de manera activa, ayudando a vivir la experiencia de una forma más viva y dinámica.
Cambiando las bases para el futuro.
La primera impresión que se puede tener sobre «Assassin’s Creed Origins», es que es un juego extenso y que tiene mucho por hacer, permitiendo que el jugador disfrute de diferentes actividades mientras vive la aventura.
Todo aquel fanático de la franquicia y que ha venido jugando los títulos de la marca desde hace tiempo, puede notar los principales cambios que tiene este juego y como la jugabilidad está diseñada para que la experiencia sea más ágil y desafiante, haciendo que la acción del juego se sienta redefinida, basándose en diferentes pilares de algunos títulos externos y otros videojuegos (no tan nuevos) del propio Ubisoft, como «For Honor», «The Division» y los primeros Splinter Cell.
«For Honor» es una nueva IP que salió este año y se basa en el combate de armas cuerpo a cuerpo, donde el jugador debe aprender cubrir el ataque del enemigo en tres direcciones y cuenta con un ataque débil que es rápido y un fuerte que es lento, pero contundente; además de contar con una habilidad que puede funcionar como técnica definitiva.
«The Division» fue uno de los videojuegos más esperados para 2016, con el que Ubisoft le aposto a la experiencia multijugador y de exploración, permitiendo que el usuario conociera diferentes puntos de Nueva York mientras combatía enemigos con diferente nivel y buscaba equipo de mayor calidad, que le daba nuevas herramientas de supervivencia. En este título, cada zona cuenta con diferentes guarniciones de enemigos que tienen jefes y de sub-jefes, que se destacan por ofrecer cierto reto a la partida.
Por último, tenemos a Splinter Cell, el padre del sigilo de los juegos de Ubi, donde el jugador debe aprender a mover de manera silenciosa por los diferentes mapas y a sortear los enemigos, ya sea de una forma letal o no, pero teniendo en cuenta que la velocidad del personaje va ligada la interacción que este tenga con la palanca de movimiento.
Esto puede resumir la mayor parte de la nueva jugabilidad que introduce Assassin’s Creed Origins, haciendo que el desafío para el jugador se encuentre en la forma como este decida abarcar el entorno y se pueda desplazar con el mismo, a su vez que lo obliga a subir de nivel y a buscar armas más fuertes que le sirvan para enfrentar los diferentes enemigos que están presentes.
Desde «Assassin’s Creed Unity» y «Assassin’s Creed Syndicate«, se venía trabajando el concepto de habilidades y de niveles en la franquicia, que aunque no eran muy demandantes en ese entonces, aquí comienzan a tener mayor relevancia, que motiva al jugador a realizar diferentes actividades entre misiones principales, secundarias y actividades terciarias, que pueden facilitar la llegada a nivel 40 y el desbloqueo de todas las destrezas, que se dividen en tres partes:
- Cazador: Manejo de arco y Senu.
- Guerrero: Combate y despeño en la batalla
- Vidente: Herramientas y entorno.
Cada una de ellas tiene diferentes funciones sobre el campo y ayudan a la evolución del jugador sobre el terreno, haciendo que este pueda preformar su actuar ante las limitaciones presentes y pueda ir avanzando a su ritmo y su estilo de juego, que hacen de la experiencia algo más personal.
Al ser un videojuego tan grande, la exploración es el principal impulso para conocer cada uno de los lugares, haciendo que las famosas atalayas puedan ser más que un punto de referencia, ser parte de la evolución de la partida, ya que estas permiten que Senu tenga mayor rango de alcance y así la búsqueda de tesoros o el reconocimiento de algunas zonas pueda ser más específico, haciendo que la planeación de acción sobre el terreno sea más detallada y precisa, dándole paso a misiones más precisas y concretas.
Assassin’s Creed Origins: un juego más allá de lo que alguna vez soñamos.
Durante 10 años, el equipo desarrollador de Assassin’s Creed le ha apostado al pasado como campo de juego limitándose por marcos históricos y la tecnología del momento, lo que hace que la inmersión sea en gran parte alcanzada por la dedicación que el usuario pueda tener al juego y hasta donde su imaginación y amor por la historia le permitan llegar.
«Assassin’s Creed Origins» es un videojuego que no necesita ser perfecto para sorprender a cualquier jugador, apostando a innovar dentro de su propia franquicia para llevar la experiencia a un nuevo nivel, donde el juega pueda sentir de forma más amena y sencilla su participación en el desarrollo del entorno.
Un ejemplo de esto es la evolución de las misiones secundarias, que ya dejan de ser simples encargos de asesinato o de una acción simple y pasan a ser estructuras argumentales de contexto fuerte, que van evolucionando y requieren la atención del jugador para su desarrollo óptimo. Otro de los agregados interesantes no lineales, es el campo de lucha del coliseo, que lleva a prueba la dureza del jugador y su habilidad de combate, permitiendo que se puedan aprender nuevas técnicas ante los diferentes enemigos, que gracias a la carencia de contrataque y el olvido del ataque por turnos, hacen de esto un buen desafío.
Algo en lo que el juego cojea es en el desarrollo del presente, que aunque conecta al universo con la película y otros detalles que vale la pena rescatar, parece más pensado para darle una justificación a la investigación de Egipto que un contexto completo, lo que puede amenazar de nuevo la narración de la actualidad.
A nivel gráfico y sonoro, la ambientación recreación del titulo es una notable evolución que muestra la validez de la pausa hecha por la franquicia para esta entrega, donde el mundo sin importar el día, la noche, el desierto y la superficie del mar, siempre esta vivo y en constante movimiento, lo que siempre da la sensación de que se esta viviendo algo nuevo y vale la pena guardar el momento, dándole pie al modo fotografía, que es un añadido que la franquicia requería a modo y permite rescatar de buena forma el trabajo hecho por el equipo de desarrollo en otra forma de hacer vivir la historia, haciendo de cada imagen un conjunto de arte.
«Assassin’s Creed Origins» cumple con las expectativas que podamos llegar a tener y nos hace sentir que somos los dueños de lo que vivimos, que podemos explorar más allá de donde imaginamos y que esa estamos viviendo nuestra propia aventura, con libertad y sin prisa, con mucho por descubrir y demasiado por encontrar.
La reseña de Assassin’s Creed Origins se ha realizado sobre la versión estándar de Xbox One y todas las capturas han sido sacadas de esta versión, con la ayuda del modo fotografía.