No importa cuántos años pasen, Silent Hill siempre será un referente del género del terror psicológico. Y es que Konami, salvo contadas excepciones (sí, te estoy hablando a ti, Book of Memories), siempre ha sabido generar un miedo genuino en el jugador, sin recurrir a la burda mecánica del jump scare.
Ahora, con el lanzamiento de Silent Hill F y su cambio extremo de escenario y época, surgieron dudas sobre el rumbo de la franquicia. Sin embargo, te adelanto que todo ha salido casi perfecto: la desarrolladora supo cómo refrescar la saga sin olvidar sus raíces. Pero basta de introducciones, empecemos ya con la reseña de Silent Hill F.

Drama y terror adolescente
Tomarás el rol de Hinako Shimizu, una joven adolescente que, luego de una discusión con su padre, decide salir a caminar por Ebisugaoka, un pequeño pueblo japonés en 1960. En el camino, se encuentra con un par de amigas de la escuela: Sakuko Igarashi y Rinko Nishida, más Shu Iwai, su amigo de toda la vida.
Durante esta reunión, sufrirás un intenso terror, pero no por un monstruo, sino porque intuyes rápidamente por dónde irá la historia: «el One Piece es el poder de la amistad». Afortunadamente, este cliché se borra al instante cuando la niebla invade tu pueblo.

De un momento a otro, Ebisugaoka se vuelve un pueblo fantasma infestado de grotescos monstruos y unas flores rojas que matan a todo aquel que se deje envolver por ellas. Y por si fuera poco, el drama aparece con un triángulo amoroso que añade toques de traición, mentiras y una Rinko que odiarás al instante.
A diferencia de entregas anteriores, donde el objetivo final es claro (como encontrar a una hija, a una esposa muerta o eliminar un culto), Silent Hill F se va desarrollando con pequeñas metas. Esto hace que siempre andes en tensión y no te anticipes al final.

¿Es Silent Hill F un soulslike?
Luego de algunos videos y, sobre todo, tras las previews de agosto, se cuestionó la dificultad de los combates y si tenían algo que ver con el género inventado por FromSoftware. Y hoy te puedo decir que NO: Silent Hill F no es un souls.
El combate sí puede ser algo desafiante, pero con un poco de paciencia y preparación no tendrás muchos problemas. Tienes un ataque débil, un ataque fuerte y un ataque concentrado; además, podrás esquivar y, si lo haces en el último momento, se activa una esquiva perfecta que te permitirá lanzar un contraataque.

En cuanto a armas, te podrás equipar con un máximo de tres, y entre ellas tienes una maza, un cuchillo y el siempre útil tubo galvanizado. Estas se romperán al poco tiempo de uso, pero no son tan frágiles como en Silent Hill: Origins.
En general, tendrás que estar pendiente de tres cosas: tu salud, tu cordura y tu resistencia. La salud funciona como es habitual: si se agota, es Game Over. La cordura, por su parte, te permite concentrarte en un objetivo y lanzar el ataque concentrado que mencioné antes. Eso sí, ten cuidado, ya que si te golpean cuando usas el enfoque, se reducirá tu cordura máxima.
La resistencia es el parámetro que te permite atacar, correr y esquivar. Cuando se te acabe, Hinako se detendrá por un segundo a recuperar el aliento, dejándote vulnerable a los ataques enemigos. Por supuesto, tenemos objetos que recuperan estos parámetros, pero tienes un inventario muy limitado.
Si quieres agregar un espacio extra en el inventario, con nuestra guía de las claves de los casilleros de la escuela conseguirás el maletín de Hinako.
Las batallas contra jefes también tienen su protagonismo. Aunque estas en su mayoría se desarrollan en un mundo onírico, cada cierto momento Hinako viajará a un extraño lugar, donde un hombre con máscara de zorro la guiará y ayudará a completar un ritual que va directamente relacionado con su psique.

Y es en estas batallas donde deberás exprimir al máximo tu habilidad en los combates. De nuevo, no es un souls, pero si no has sabido gestionar tus objetos curativos, vas a sufrir. Incluso si no dominas bien la esquiva y el ataque con enfoque, las batallas se harán más largas y complicadas de lo normal.
Afortunadamente, es posible hacerte un poco más fuerte o resistente gracias a los Omamori, un tipo de amuleto que puede mejorar tu salud, cordura y resistencia, así como otorgarte pequeñas mejoras como recuperar salud cuando matas a un enemigo o una ventana de esquiva más amplia.

Para obtener los Omamori, necesitarás gastar Fe, un recurso que se consigue al enclaustrar ofrendas u objetos curativos en las Hokora (los altares donde también guardas tu progreso). El dilema es que cada amuleto ocupa un espacio en el inventario, lo que te obliga a decidir entre curarte o equipar mejoras para Hinako, añadiendo aún más presión.

Junto con la Fe y los escasos Ema, podrás mejorar de forma permanente a Hinako, aumentando su salud, cordura, resistencia y los espacios para equipar Omamori.
La esencia clásica con grandes mejoras
Silent Hill F es, sin duda, el regreso triunfal de la saga. Hacía mucho que no experimentaba esa sensación de debilidad y desventaja frente a los enemigos. Hinako es frágil: tres golpes son suficientes para dejar su barra de vida por debajo del 30%. Además, el cuerpo y el uniforme de Hinako muestran todo el castigo que experimenta durante la aventura; puedes ver la sangre, la mugre y el desgaste a medida que vas jugando.

Los puzles vuelven a ser protagonistas, y hay un par de ellos que harán que olvides de inmediato el icónico puzle de las aves y el piano del primer Silent Hill. Abrir la caja japonesa en la escuela exprimirá al máximo tu intelecto, y los puzles de abrir y cerrar puertas te harán dar vueltas por los escenarios sin saber qué hacer.
Sin entrar en spoilers, debo advertirte que el juego eleva lo grotesco a un nivel visceral y profundamente personal. Hay momentos tan horribles que te obligan a detenerte, no por un susto, sino para intentar procesar la escena que acabas de ver. La brutalidad es cruda y sin filtros, con un gore que no busca solo impactar, sino dejar una cicatriz en tu memoria.

En cuanto a lo gráfico, el juego es espectacular. Los escenarios están llenos de detalles que recrean de forma perfecta la época, la música aumenta aún más la tensión y, aunque la variedad de enemigos no es mucha, sus modelados y, sobre todo, sus movimientos te helarán la sangre.
Finalmente, Silent Hill F fusiona de manera perfecta el folclore japonés, el drama adolescente y la desesperación de la supervivencia, creando una atmósfera opresiva y única. Es, sin duda, una obra maestra del terror, donde la fragilidad no es una debilidad, sino el motor de la experiencia.
Silent Hill F es un recordatorio de por qué esta franquicia es legendaria y que todavía tiene nuevas pesadillas que ofrecernos. Una experiencia inolvidable que se quedará contigo mucho tiempo después de apagar la consola. Sin más que agregar, recuerda que Silent Hill F estará disponible el próximo 24 de septiembre en PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC vía Steam.

EN RESUMEN
Silent Hill F es el regreso triunfal de la saga, una obra maestra del terror psicológico que fusiona una ambientación japonesa con una narrativa visceral, puzles brillantes y un combate exigente.
CALIFICACIÓN: 9/10


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