¿Vale la pena la expansión Diablo IV: Vessel of Hatred?

Luego de algunos rumores y una larga espera, Diablo IV: Vessel of Hatred ha llegado a todas las plataformas de juego. Esta expansión da un cierre a la historia de Mefisto con la que concluyó el juego base e incorpora nuevas mecánicas para reavivar el título. Así que aquí veremos si vale la pena o no.

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Desde santuario hasta Nahantu

La historia de Diablo IV: Vessel of Hatred empieza tiempo después de los sucesos finales de la campaña. Donde los ciudadanos de Santuario tratan de comprender lo que pasó con Lilith. Generando cambios de poder y una cacería de los soldados sobrevivientes contra cualquiera que pueda parecer una amenaza.

Aquí, continuamos nuestro rol de ser una esperanza para la humanidad. Por ello, decidimos buscar a Neyrelle para saber qué sucedió con el alma encerrada de Mefisto. El cual parece ser el responsable de varias de las cosas que están sucediendo en Santuario y sus alrededores.

Durante la búsqueda, caemos en una trampa y somos brutalmente lastimados. Dejando nuestro destino a la suerte. Pero como es costumbre, y gracias a nuestra buena fortuna, somos rescatados al llegar a la zona de Nahantu. Un misterioso lugar selvático y lleno de misterios.

Al llegar, nos enteramos que Neyrelle está aquí y le queda poca energía para contener a Mefisto. Esto hace que debamos cooperar con los locales y pedir ayuda a sus deidades para poder enfrentar este gran mal.

Entre sumas y restas

Diablo IV: Vessel of Hatred agrega apartados importantes a la experiencia general del título de 2023. Pero al mismo tiempo, hacer algunos cambios que pueden llegar a confundir a todos los jugadores que no tenían claro algunos apartados del Paragon o la dificultad del mundo.

En primer lugar y como plato fuerte, tenemos la nueva zona. Nahantu es un lugar apasionante y hostil. Lo que nos hará sacar lo mejor de nosotros al recorrer cada uno de los puntos y enfrentar a la infinidad de criaturas que se esconden en sus selvas. Siendo un desafío de astucia y pasión con cualquier clase.

Sumado a esto, tenemos la añadidura de los sistemas de runas y mercenarios. El primero, permite incorporar combinaciones únicas, que pueden ayudarnos a mejorar las habilidades de nuestro personaje. El segundo, nos hace sentir que el viaje en compañía se siente mejor; aunque siempre procuro jugar en grupo.

Como punto principal, tenemos al Encarnaspiritu. Esta clase solamente está disponible para quienes tengan la expansión Diablo IV: Vessel of Hatred. Se destaca por usar el poder de la selva y de diferentes animales para luchar contra las fuerzas del mal. Algo que refresca la fórmula del juego y se siente genial.

Por otra parte, los cambios y la narrativa del DLC no aportan mucho a la expectativa que se puede tener. Siendo hasta cierto punto, una experiencia repetitiva y poco sorpresiva. Sin giros de tuerca como los que tenía la campaña base.

La historia es muy lineal y gran parte del tiempo, pasamos nuestra partida haciendo favores o luchando contra interminables hordas. Lo cual nos llevará a un nuevo punto y de este tendremos que ir a otro, sin la sensación de progreso argumental. Algo que siempre ha sido la magia en los juegos de Diablo.

Sumado a esto, tenemos que la dificultad busca ser poco amigable con el jugador. Si tienes experiencia y juegas en difícil, puedes llevarte varias sorpresas al enfrentar las hordas. Esto debido a que la dureza y el número de enemigos se ha ampliado. Llegando a atormentar hasta el más experimentado.

Por último, tenemos que el sistema de Paragon ha sido cambiado. Ahora maneja tasas de poder y cuesta ser entendido a la primera. Lo que hace que quienes no lo comprendía bien, puedan perderse más que al usarlo por primera vez.

¿Vale la pena Diablo IV: Vessel of Hatred?

Diablo IV: Vessel of Hatred es una expansión que a nivel argumental cumple con su propósito. Da un cierre a uno de los arcos más interesantes de su historia y deja a la imaginación un futuro prometedor para la franquicia. Lastimosamente, su narrativa no le ayuda mucho en sus 10 horas de duración.

La forma de contar la historia y los sucesos se alejan mucho de lo que se espera de un título de la franquicia. Teniendo en cuenta, que la combinación perfecta entre historia y jugabilidad, han sido el sabor principal de la marca. Algo que aquí falta.

Por otra parte, las mejoras de jugabilidad, los lugares de Nahantu y la nueva clase, son una delicia. Que apasionan y que nos invitan a descubrir todo lo que podemos hacer. Más cuando jugamos con amigos y combinamos nuestras habilidades para deshacernos de todos los enemigos del lugar.

Puede que como franquicia, Diablo nos haya acostumbrado a esperar grandes historias en sus expansiones y Vessel of Hatred no es la excepción completamente. Lastimosamente, su historia podría ser ignorada y el resto del juego seguiría siendo el diamante para disfrutar con nuestros camaradas.

Una respuesta a “¿Vale la pena la expansión Diablo IV: Vessel of Hatred?”

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