The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es el juego que muchos llevábamos esperando por años. Siendo una promesa capaz de superar todo lo que se había hecho con The Legend of Zelda: Breath of The Wild. Algo que hizo que el título se llevará el premio The Games Awards en 2022 al juego más anticipado para 2023.
Ya con el juego en mis manos y luego de ver que mis expectativas eran muy cortas a lo que era el juego. Es momento de que te diga por qué tienes que jugar este título y regresar a Hyrule una vez más. Porque te aseguro, que este juego cambiará tu manera de ver el gaming y cómo puede volverse parte de ti.
El cabello y la princesa

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom sucede años después de los sucesos de Breath of The Wild. Hyrule ha cambiado y la princesa sigue buscando cómo estabilizar el reino. Por ello decide seguir buscando respuestas y accede junto a Link al subsuelo de su antiguo castillo.
Al comenzar su ingreso hacia esta zona, encontraron fragmentos de la historia de la creación del Hyrule y del primer rey, quien combatió contra las fuerzas del mal con la ayuda de los seis sabios. Una información de la que se sabía muy poco y para muchos simplemente era mitología.

Al sentir su llegada, Ganon despertó de su letargo y sin pensarlo dos veces ataco a Link y a Zelda con su aura Maligna. Esto hizo que la Espada Maestra se rompiera, Link perdiera su brazo y Zelda desapareciera. Levantando desde los cimientos del castillo un mal que jamás se había visto en la región.
Al despertar, Link aparece en una isla del cielo y es despertado por el espíritu de Rauru, el primer rey de Hyrule. Este decide darle su poder a Link por medio de su brazo, el que remplaza el perdido por el héroe. Dando inicio a un nuevo viaje. Donde la energía ancestral y las huellas del pasado, serán lo único capaz de ayudar al futuro del reino.
Entre el cielo, la tierra y el subsuelo

Una de las escenas más emotivas de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, era cuando Link se despertaba y salía a ver el reino de Hyrule. Algo que te dejaba asombrado por su extensión y que te invitaba con un suspiro a querer recorrerlo en cada rincón.
Aquí, el comienzo de la partida, va un poco más allá. El inicio cambia en vez de mostrarte la extensión del territorio que vas a recorrer, simplemente te invita a dar un salto de fe. Al momento de hacerlo, la libertad del viento te hace sentir que esto es algo más grande y más impresionante.

Esto se puede ver a profundidad en The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom cuando comienzas a entender la forma en que se divide este mundo. Ya que, a diferencia del anterior, no solo tiene un plano de juego. Tiene tres y cada uno de ellos tiene su magia.
El primer espacio que conocemos es el cielo, el cual puede intimidar en ciertos momentos. Por ello debemos aprender a movernos entre cada una de las islas y conocer lo que tienen. De la misma forma, enfrentar a los guardianes Zonnan, los cuales pertenecieron a la antigua civilización y la mayoría de ellos te atacará al verte. De la misma forma, su tecnología te servirá para crear máquinas y cruzar el cielo, la tierra y el subsuelo.

La superficie es el plano que conocimos originalmente y con el pasar del tiempo ha cambiado. Aldeas como Hatelia mantienen su belleza y simpleza, mientras que Arcadia han evolucionado más allá. Algo que muestra cómo el actuar de Link y de Zelda ayudo en esta tierra. Lastimosamente, con el renacimiento del mal, la oscuridad se ha apoderado de nuevos sitios y las creaturas del mal están tomando ventaja.
Por otra parte, tenemos el subsuelo. Esta zona es igual de grande a la superficie, pero aquí el mal y la maldad reinan. Este espacio lleno de espíritus errantes y enemigos que temen a la luz, necesitan ser liberados para que en el futuro no amenacen al reino. Por lo que Link tendrá que recuperar todo su poder.

Para ello podremos visitar los nuevos santuarios del reino. Estos se encuentran dispersos entre el cielo y la tierra. Cada uno de ellos está enfocado en probar la destreza de Link. Por ello pone diferentes tipos de actividades, las cuales pueden ser solucionadas con las nuevas habilidades o la creatividad del jugador.
Uno de los puntos más importantes e interesantes de este nuevo viaje es el manejo de las habilidades. Cada una de ellas cambia la forma en que podemos comprender The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom e interactuar con el entorno. Esto hace que la aventura se vuelva más personal. Llevando el juego a un nuevo nivel.

La posibilidad de creación de máquinas y la unión de armas, hace que las expectativas del juego estén siempre a la imaginación del jugador. Permitiendo que este pueda encontrar las soluciones que quiera y solucione cualquier cosa que se le pase, cómo mejor lo desee. Algo que jamás había visto en un videojuego y que es el principal valor de este título. Entregando una infinidad de posibilidades y que cada quien enfrente las cosas de la mejor forma.
Por otra parte, algo que me tiene cautivado y sorprendido son las misiones secundarias. Algunas de ellas se pueden hacer sin siquiera saber y al momento de hablar con el encargado, se dará cuenta de que ya la hicimos. El juego no limita la activación de X o Y al momento de hablar con personaje, nos deja hacer las cosas a nuestro ritmo.




En cuanto a sus gráficos, el título corre a una resolución de 900p en modo dock y 720p en modo portátil. Cuenta con un nivel de detalle muy superior al visto en el juego anterior y sorprender por su manejo de color, entregando un mundo muy vivaz. Todo esto hace que la consola vaya a su límite actual y que en modo portátil su batería dure menos de media.
Por último, algo muy interesante y que quiero resaltar aquí es cómo algunas cosas adicionales del otro juego pasaron aquí. Un caso concreto son los Amiibo, los cuales tienen las recompensas que son las telas y los trajes clásicos. Pero algo bonito, es que estos últimos se pueden conseguir sin las figuras. Algo que se agradece.
¿Por qué vale la pena The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom en Nintendo Switch?

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es un vídeo que puede superar cualquier expectativa. Entregando una aventura al jugador capaz de maravillar y cautivar desde el primer momento. Dejándolo descubrir la belleza de su mundo por las cosas sutiles y cómo cualquier acción puede generar un cambio.
Es interesante cómo esta entrega puede convivir con la otra y cada una entregar sentimientos diferentes. En The Legend of Zelda: Breath of the Wild tienes todo el camino para recorrer y perderte en las tierras de Hyrule. Aquí tienes el cielo cómo límite y el subsuelo para mostrar tu valor.

A nivel argumental, el título convence con su historia y se deja en el pasado los sucesos de su predecesor. Mostrando cómo el mundo siguió su curso tras la batalla contra el cataclismo y preocupándose por el ahora. Algo que es muy importante.
Otro de los aspectos relacionados con lo anterior es la incorporación de los sabios, a quienes podríamos nombrar los nuevos campeones. Ellos tienen habilidades diferentes y únicas, que nos ayudarán a vivir este juego de diferentes formas. Complementando las ventajas que se tienen con las nuevas habilidades.

Para muchos la Ultramano es la mejor habilidad, pero es interesante ver cómo funciona infiltración. Esta ventaja es una verdadera sorpresa y más cuando la aprendes a utilizar. Dejándote ingresar en casi cualquier lugar de manera inesperada. Facilitando algunas cosas al momento de querer conocer nuevos sitios.
Por otra parte, algo que motiva la exploración es la recompensa. Nintendo siempre ha premiado a los jugadores con sorpresas únicas al llegar a diferentes sitios donde otros juegos no tienen nada. Aquí eso se conserva y se motiva por medio de recompensas y cosas únicas, que te motivarán a explorar. Haciendo que el viaje sea una aventura constante.

A nivel personal estoy agradecido con este juego. La razón: premio todo el tiempo que lo espere y supero mis expectativas. Me hizo olvidar la depresión y la ansiedad en cada momento de juego. Enseñándome que el presente es lo que importa y que puedo lograr cosas increíbles. Simplemente, tengo que hacer lo mejor, donde estoy con lo que tengo. Una frase de Theodore Roosevelt y que resume cada segundo lo que puedes vivir en este juego.
En resumen, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es una aventura que supera su propia y trasciende sobre sí misma. Haciendo uso de su primera aventura cómo el punto de partida para lo que quiere ser, una experiencia única y personal. Que servirá de puntos de inspiración. Superando el concepto de una obra maestra del gaming y creando un nuevo nivel.
