Desde la aparición de los primeros juegos de Dragon Ball todos están sometidos al concepto central de la historia, un conflicto por demostrar quien es el más fuerte. Dragon Ball: The Breakers no es uno más de los innumerables juegos de pelea que la franquicia insiste en producir una y otra vez, ofrece algo diferente y bastante entretenido.
Sin presentarse como una adición a la historia o algo enredado que requiere de toda nuestra fuerza para ofrecer nuestro apoyo a los Guerreros Z. Aquí nuestro personaje es un simple individuo que, atrapado en una burbuja temporal, debe escapar de los ataques de uno de los villanos icónicos de la serie, sea Majin Buu, Cell o Freezer.

Sin mucho más en el aspecto de historia, en cuatro iniciamos pasamos un breve tutorial en el cual Trunks nos explica las mecánicas y objetivos del juego, tras lo cual estamos “listos” para buscar la manera de escapar y poder volver a nuestro mundo a salvo. Sí, así de simple, este juego no necesita historia, solo necesita una premisa para involucrar a los villanos y Guerreros Z en un survival.
Mecánicamente, no se diferencia de los otros juegos del género, hay que sobrevivir a como dé lugar, escondiéndose, corriendo, usando a los compañeros de aventura como señuelos, lo que sea necesario para poder reunir las llaves para activar las máquinas del tiempo que nos pueden sacar de esta burbuja temporal.
Deberemos buscar llaves para activar diferentes fuentes de poder para alimentar la máquina del tiempo, como es un juego en el cual hay 7 personajes tratando de sobrevivir y un villano tratando de destruir a todos, todos representados por un jugador, los sobrevivientes deben buscar la manera de escapar del acosador (Raider) quien a su vez debe buscar la manera de eliminarlos a todos.

El juego está lleno de power ups, desde armas hasta vehículos que hacen más fácil y rápido nuestro viaje por los sectores del tablero en el que estemos, como es obvio, las esferas del dragón también están presentes y tras reunirse uno de los jugadores puede solicitar un deseo a Sheng Long, ya sea para llenar nuestra barra de poder, asegurar salidas fáciles del mapa, o fastidiar temporalmente al villano, por eso mismo es ideal el poder jugar en equipo en caso de ser un sobreviviente.
Estos power ups también pueden ser usados por el villano, por lo cual la búsqueda por este tipo de recurso es una carrera, más aún cuando el villano busca activamente las esferas del dragón.
En el juego quien puede llegar a ser el villano se escoge al azar entre los que han completado más objetivos intermedios en los mapas, con ello se impulsa a todos los participantes a estar activos y no simplemente a esperar que los demás se enfrenten con los problemas del mapa y sobrevivir sin hacer nada por colaborar, es una excelente manera de garantizar interacción.

Los controles no son los mejores, son bastante irregulares, pero no afectan la acción de manera importante; aun así, es notable la falta de trabajo en ese apartado.
El mundo, personajes y villanos escojan bien en conjunto, la estética de Dragon Ball está presente y es inconfundible, aunque gráficamente se podría esperar mucho más, cumple con el cometido en términos de juego, pero para ser un juego de esta generación deja mucho que desear.
El diseño de sonido es muy básico, pero funcional, las voces, en cambio, son lo peor del paquete, después de más de 25 años de la misma historia repetida todos los años cabe esperar muchísimo más de este apartado. La música es la clásica, con algunas nuevas melodías ambientales que encajan apropiadamente con el sentido de urgencia que el juego requiere.
El juego tiene un Battle Pass gratuito, lo cual le da posibilidades a mejoras y cosméticos de aparecer de manera gratuita o en la tienda que sin ser espectacular no busca destruir nuestra economía con una sola compra, los precios parecen justos y por ahora (énfasis en él por ahora) solo hay manera de hacer compras cosméticas.

Otro de los mayores problemas está en la capacidad de comunicarse con los otros sobrevivientes, aunque las conexiones parecen estables, muchas veces hay que esperar mucho para ingresar a una partida, y además no nos podemos comunicar de manera clara y eficiente con nuestros compañeros, ya que no existe un canal de voz nativo, por lo cual muchos mapas terminan siendo arrasados por dos o tres jugadores que ya tiene mucha experiencia mientras que los novatos son usados como carne de cañón.
Como experiencia es divertida, se puede alabar la búsqueda de maneras alternativas de presentar el universo de DB, las partidas son dinámicas y rápidas, ideal para jugar con amigos y conocidos. Si se resuelven los problemas con la comunicación y conexión sería una experiencia sobresaliente, pero por ahora es solo un juego para disfrutar por momentos, una o dos horas de vez en cuando. Con una rejugabilidad alta pero no atractiva por novedad.