Deck Nine, que con la venia de Dontnot, ha hecho un gran trabajo conservando el espíritu que representa Life is Strange, nos entrega este título que como sus antecesores está lleno de emoción.
Life is Strange: True Colors continúa con su estilo de aventura gráfica, pero esta vez como juego completo en lugar de secuencias por episodios.

La historia es simple pero atractiva: Alex Chen, una chica joven talentosa, quien tiene el poder de percibir las emociones de los demás como auras de color, manipularlas o absorberlas, se reúne con su hermano después de largo tiempo de estar separados en un pueblo llamado Haven Springs. La gente del pueblo vive tranquilamente ya que ignora el secreto que uno de sus habitantes guarda con respecto a tragedias del pasado. Alex descubre este secreto y como puede afectar el futuro de Haven Springs. Y se esfuerza por proteger el que ahora es su hogar.
En medio de esto podemos conocer el pueblo, sus habitantes, iniciar relaciones de amistad y romances, ayudando y siendo ayudados por la gente que nos rodea.

Los personajes del juego están bien construidos, no son simples estereotipos, podemos sentir e identificar sus conflictos y sus emociones lo cual les da mucha vida alimentando el concepto del juego y creando inmersión ya que despierta nuestra curiosidad como jugadores.
Mecánicamente el juego no ofrece gran innovación, pero el uso de los diferentes tipos de acción, notas, diálogos e interacciones está muy bien utilizado formando parte directa de la experiencia de juego, el uso del teléfono y el equivalente a las redes sociales como parte de la continuidad narrativa ayuda a crear un espacio vivo lleno de situaciones y gente que se sienten reales y vibrantes. En este punto el manejo de las mecánicas del juego es excepcional.

Gráficamente es un banquete, desde los paisajes hasta las expresiones faciales de los habitantes de Haven Springs son simplemente espectaculares, el manejo de luz y efectos de profundidad, la continuidad de los reflejos según el ambiente, las sombras y la refracción de la luz le dan muchísima vida al juego, el uso de los colores para acentuar o disimular acciones o crear cambios de atmosfera están muy bien trabajados, en términos generales excepcional.
La música es parte importante del concepto narrativo y se nota en el detalle y proceso de grabación de la música de fondo, además la inclusión de canciones conocidas y populares como elementos emocionales del juego, crea a su vez un sentido de inmersión e identificación, el sonido ambiental está a tono con el juego, las voces son expresivas y cargan la emoción que se espera de este tipo de juego.

La rejugabilidad del título es alta, ya que los diferentes árboles de conversación y decisión ofrecen muchas alternativas de exploración, además de las posibilidades románticas que el juego ofrece.
En resumen, Life is Strange: True Colors es un muy buen juego, profundo y lleno de emoción, en el cual nuestras decisiones tienen peso, con una historia sencilla pero absorbente.
