Dreams of Another – Análisis: dispara para crear

Desarrollado por Q-Games en colaboración con el artista multimedia Baiyon, conocido por dirigir PixelJunk Eden, llega este extraño experimento llamado Dreams of Another. Este juego hace parte del género donde las balas suelen significar violencia y destrucción, pero aquí sirven para construir y crear. Es un concepto arriesgado que, aunque suene ilógico, logra funcionar y expresar algo diferente.

Este título no busca adrenalina ni precisión, sino introspección y lo hace desde una perspectiva poco común en los shooters modernos, presentando un mundo donde el arma ya no es símbolo de poder, sino de reconstrucción. Si quieres saber cómo logra transformar la acción en un acto de creación, continúa leyendo la reseña de Dreams of Another.

La guerra interior

Como exsoldado del glorioso ejército Colombiano, la idea de un personaje incapaz de disparar, ni siquiera para salvar su vida, me generó conflicto. En el campo de batalla no hay tiempo para dudar, en cuestión de segundos decides si vives o mueres, mientras ves caer a tus compañeros. La guerra no es un lugar para la fragilidad ni el miedo, y quizás por eso este juego me golpea de una forma inusual.

Dreams of Another nos lleva al interior de los sueños del Soldado Errante, un hombre que, tras la guerra, arrastra el trauma de no haber podido defenderse. En esos sueños lo acompañamos a través del “hombre en pijama” que es el personaje que controlamos durante la aventura, símbolo de su otra versión, más introspectiva y humana.

Este mundo onírico funciona como un espejo donde se confrontan la culpa y la necesidad de reconstruirse. Cada escena muestra algo del pasado del soldado, pero siempre desde la ambigüedad del sueño, donde nada es completamente real ni completamente falso.

Construir con balas

Dreams of Another redefine lo que es un shooter, aquí las balas no destruyen, crean. Viajarás por paisajes repletos de burbujas flotantes de colores que, al impactarlas, se transforman en estructuras, caminos y personajes. Es un sistema curioso que convierte el acto de disparar en una metáfora de reparación, alejándolo totalmente de la violencia habitual del género.

Cada personaje que creas comparte pequeños fragmentos del mundo onírico y de la historia del soldado. Algunos te piden buscar objetos, reconstruir lugares o recuperar recuerdos. Estos episodios no siguen una línea argumental tradicional, son más bien historias sueltas que completarás a medida que conectas las piezas en tu mente.

En varios momentos, el juego corta abruptamente a su menú principal, simulando un final. Esto es bastante confuso, y aunque entiendo que sirve para darle un cierre a la sección, esto corta de mala manera la jugabilidad, un sistema de capítulos hubiese estado mejor.

A esa rareza se suma que muchos de los objetos que construyes comienzan a hablarte. Un árbol puede contarte sus celos hacia las flores pequeñas, o un farol se queja de su vida laboral nocturna. Todo esto contribuye a ese aire surrealista que domina el juego, lleno de frases y pensamientos que oscilan entre lo absurdo y lo poético.

Durante esta exploración también encontrarás al soldado errante, él te permite intercambiar objetos recolectados por municiones o nuevas armas. Estas no cambian drásticamente la jugabilidad, pero ofrecen pequeñas variaciones visuales y de ritmo que ayudan a mantener el interés.

Ahora bien, la fórmula es simple: disparar y conversar. Esa dualidad funciona, aunque en la recta final puede sentirse repetitiva. Dreams of Another dura entre seis y ocho horas, dependiendo del tiempo que inviertas en construirlo todo, y es que el juego, juega, valga la redundancia con tu TOC y las ganas de dejar todo construido.

Técnicamente, Dreams of Another cumple sin sobresaltos. Cada mundo, antes y después de ser reconstruido, luce interesante y dan ganas de explorar cada rincón. Los efectos de luz, el contraste entre vacío y creación y el tono etéreo del arte logran captar tu atención. Además, hay cierto placer en ver cómo un escenario caótico toma forma ante ti tras cada disparo.

Te puedo decir que para una persona con mis antecedentes, Dreams of Another y su mensaje de fragilidad y duda no me termina de encajar, pues pertenezco a una generación que valora la acción sobre la introspección. Aun así, no dejo de reconocer su mérito. Es una propuesta distinta que usa un lenguaje familiar para decir y crear algo completamente nuevo.

Finalmente, a pesar de mi desconexión con el enfoque emocional, Dreams of Another cuenta con una frescura difícil de ignorar. No todos los juegos tienen que desafiar con dificultad o intensidad, algunos invitan simplemente a pensar. Sus creadores se arriesgaron y eso merece respeto. Sin más que agregar, no olvides que Dreams of Another ya está disponible para PC vía Steam y PlayStation 5, donde también es compatible con las gafas VR2.

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